En el diario Página 12 de hoy, miércoles 7 de enero de 2009, se publica una nota llamada: Tango electrónico y "autenticidad" de los productos culturales, por la Etnomusicóloga, Becaria del Conicet y Doctora en Ciencias Sociales Mercedes Liska.
Aclaro que no sé quien es y no tengo nada personal contra ella.
Pero sí contra el síntoma que representa: el del palabrerío inconsistente.
Los invito a leer la nota de referencia acá.
Ahora bien, no es la doctora Liska el único exponente de este nuevo género de palabreros sin consistencia, los hay en cantidades incomensurables, analizan puntualmente cada "flato de la causalidad", por citar a Marechal, y nos dejan con la sensación de que no hay átomo del diario vivir que no pase por el tamiz del análisis sesudo y esclarecedor. Sin embargo, lo que logran es todo lo contrario. Porque de su prosa enrarecida, plagada de condicionales y supuestos, nada puede esclarecerse, como no sea ciertas deducciones, a posteriori, que rayan con lo absurdo.
Es así, señores. La doctora Liska, en su artículo, habla de relaciones de dominación. Y yo me pregunto, inocentemente, ¿qué relaciones de dominación serán estas de las becas, subsidios y prebendas para lograr "productos analíticos" de la pobreza extrema que refleja el artículo citado y miles más que pululan por todos lados? ¿No sería mejor distribuir el dinero de esas becas entre los pobres, los sin techo, los famélicos, los hambreados, en lugar de darlo para rellenar hojas A4 con razonamientos inconsistentes y vacíos?
Si te interesa mi opinión sobre el asunto, hacé click acá.
El palabrerío como síntoma
Publicado por El inquisidor en 7:25
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