A raíz de la creación del grupo Aurora - nombre que evoca el aria homónima de una especie de ópera de Panizza estrenada en 1908 -, contubernio de telectuals ins - al decir de Brecht -, reservorio moral de pensadores de la derecha vernácula, tan moliente y oronda, y de ciertas expresiones de uno de sus integrantes, el best sellerista argentino Marcos Aguinis, el periodista Horacio Verbitsky escribió un breve pero contundente alegato de carácter policial contra el insignificante plumífero, llamado Decencia, canejo!, publicado en el diario oficialista Página 12.
No le falta razón a Verbitsky al denunciar al frívolo y estrecho pensador diestro por el cobro de una misérrima pensión que supera los $ 6.000.- pero me parece que, al hacerlo, ha pecado de la misma banalidad que destila, como aceite quemado, cada uno de los libros del psicólogo metido a escritor. Y me explico: Si por prebendas del Estado no se pudiese opinar creo que los diarios deberían buscar interlocutores intelectuales en Nigeria, porque lo que es la Argentina...
No, me parece que el artículo fue escrito a las apuradas y que Verbitsky, hombre siempre muy bien documentado, tanto por sus propios medios como por el gobierno, autor de espléndidos libros al lado de los cuales los esperpentos de Aguinis son peores que los de Poldy Bird, se debía y nos debía una respuesta más atinada que el simple buchonamiento sobre unos haberes inmorales.
Después de todo, un "intelectual" que escribe en La Nación, puede ser un hombre moral?
Como bien decía aquel extraordinario personaje del Negro Fontanarrosa, Boogie, el aceitoso: "Es cierto, Estela, la ciudad es una jungla. El secreto está en ponerse del lado de los leones"
Aguinis, al margen de su pensión, destila el habitual fervor patriótico de La Nación, que evoca a la generación del 80 como la Arcadia perdida. Es comprensible, después vinieron los anarquistas, y luego, mucho peor, los peronistas y resulta que tanto negro con plata se da aires de dirigente y Mar del Plata ya no es lo que era. Y también están los marxistas, como Néstor y Cristina y Hugo Chávez y Evo Morales y lo mejor sería volver a esas buenas épocas donde Ramón Falcón, o el general Justo, o Monseñor D Andrea, o los inefables Videlita, Masserita y compañía ponían en orden a la negrada y dejaba a la gente de bien hacer sus sucios negocios y vivir al pedo.
Total, como bien dijo la rata (Carlos Saúl): "Pobres siempre hubo"
Porque, en definitiva, cuáles son las ideas de este borroneador de papeles?
Veamos algunas, de sus engendros o de sus contribuciones al diario oligarca:
Los casi ochenta años de progreso en todos los órdenes que protagonizó la "Canán de América" entre 1853 y 1930 -como poetizó Rubén Darío- fueron sucedidos por otros tantos años de caída.
La Argentina Renga
No entiendo muy bien a qué se refiere Aguinis con "progreso en todos los órdenes" pero sí entiendo que en su cultura del progreso caben, sin desmedro, el genocidio de La Expedición al Desierto de Julio A. Roca, el asesinato de los obreros en La Patagonia a manos del asesino Varela, La Semana Trágica, La ley de Residencia, el penal de Usuahia y otras muchas lindezas por el estilo que Aguinis, sumamente consciente de su afán de pertenecer a la clase que no corre riesgos, considera como apropiadas para que el país - o sea, nosotros, los lectores de La Nación - pueda desarrollarse.
Sigamos
Y dispara fuertes críticas al Gobierno. Dice que "la única política de Estado que funciona es la del soborno" y que "si existieran seguridad jurídica y respeto por la propiedad la crisis económica mundial habría sido una oportunidad brillante para la Argentina".
Entrevista a Aguinis/Los desafíos del país
Podríamos contestarle al esclarecido Aguinis con estas clarísimas palabras de un polìtico al que no se puede acusar de marxista o corrupto, refiriéndose a los "proceres" de Aguinis y La Nación:
"El gobierno inglés le dice al gobierno argentino no le permito que fomente la organización de compañías que le hagan competencia a los frigoríficos extranjeros. En esas condiciones no podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se toma la libertad de imponer a los dominios británicos semejantes humillaciones. Los dominios británicos tiene cada uno su cuota de importación de carnes y la administran ellos. La Argentina es la que no podrá administrar su cuota. No sé si después de esto podremos seguir diciendo : "al gran pueblo argentino salud":
Lisandro de la Torre
Otro artículo más de nuestro singular pensador:
Aunque la Presidenta quiso descalificar el Primer Centenario, asegurando que recién en la era K logramos los mayores éxitos (¡qué desparpajo!), hace cien años éramos la octava economía mundial, ricos en lo material, en la cultura, en la educación y los valores.
El reino de Kakania
Bien, no vale la pena agragar nada más a la irresponsable y dañina pseudo prosa de este bardo de los saciados y opulentos. El mito de la Argentina próspera, octava economía mundial, sólo puede ser sostenido por este tipo de eunucos mentales para quienes los ciudadanos son los que detentan el poder y los habitantes son los que no merecen otra cosa que las migajas como pago de su explotación inhumana que no ha variado tanto hasta el día de hoy (y si no, veáse los artículos de Osvaldo Bayer sobre los ajeros del Norte argentino)
Ricos en la cultura, dice, cuando, a decir verdad, no es hasta la época posterior, justamente, a este Edén de señorones anhelantes de Europa, que Argentina empieza, tímidamente, a producir un arte propio que pueda ser entendido como una presencia singular y no como la snobista y pintoresca diletancia de desocupados y ricachones escribiendo memorias de viajes. Justamente, la cultura del sainete, la del inmigrante, la que culminaría con Carriego o con Arlt, esas son las valiosas, y fueron construidas por hombres de pueblo, no por los próceres del 80 que vendían el patrimonio a los ingleses y se iban a Europa en barco, con sirvientes indígenas y vacas para tomar la leche al pie del cañón.
Valores, dice Aguinis.
Curiosa palabra, en boca de alguien que no tiene ninguno.
Y le estoy haciendo demasiada propaganda.
Breve posdata
Me llamó la atención eso de La Canán de América, al decir de Rubén Darío. Y como desconfio de cualquier elogio de Aguinis recuerdo haber leído en los escritos de un verdadero intelectual, David Viñas, cómo el insigne poeta nicaraguense era espléndidamente pagado y viajado gracias a los gobiernos de la Generación del 80.
No era desagradecido, Don Rubén Darío.
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