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Un sitio web dedicado a difundir información que compromete a los gobiernos - actitud altruista y generosa que debería imitarse a escala mundial -, WikiLeaks, difundió la inconcebible cantidad de 250.000 cables que el Departamento de Estado norteamericano clasifica como de "seguridad nacional", lo que ya sabemos qué nefasto puede ser.
La mayor parte de esos cables no son una realidad exclusiva del gobierno de U.S.A., probablemente sean comunes en la mayor parte del mundo, a excepción de Haití.
Después de todo, acá, desde donde escribo, el inefable Mauricio Macri, ese que se casó con la mina que explotaba bolivianos en trabajo esclavo, está siendo juzgado por "espiar" personalidades a quien, seguramente, luego se chantajearía, ¿no?
Lo más seguro es que la mayoría de esos cables sean obra de aficionados tratando de quedar bien con sus empleadores. No se espere en ese rejunte de basura alguna filosofía política o estratégica, son simples chismes, cuentos de suegras, rumores amplificados y cotilleos de comadres bien pagos, eso sí. Porque los funcionarios americanos y extranjeros o vernáculos - llámese, en nuestro modesto país, la SIDE - son bien pagados por el pueblo para dedicarse
a estas "humoradas" a las que se entregan con una seriedad escalofriante.
Como bien podría decir Jorge Luis Borges, todo este asunto sería algo así como una "broma cósmica", sin mayor trascendencia desde lo importante, o sea desde la utilidad social, y significativo de cómo los funcionarios gubernamentales, Hillary Clinton, en este caso, utilizan la información para sus disparatadas visiones del mundo.
Que el asunto es escandaloso, lo es, sin ninguna duda, pero menos, creo yo, que por las estupideces que los funcionarios envían a su gobierno que por el derroche innecesario de dinero en estas bobadas cuando tanto padecimiento e infortunio hay en el mundo.
Y sin embargo, nuestros "periodistas" serios y esclarecidos han utilizado toda esta carne podrida para su pelea permanente con el gobierno. Los imperdonables operadores políticos de La Nación, Morales Solá, el amigo de Domingo Bussi, o el otro inútil de Pagni y hasta el interminable y soporífero admirador de Onganía, Mariano Grondona, han publicitado, en las páginas de ese cementerio de la verdad que los cables revelados por WikiLeaks sostienen "verdades" sobre el gobierno de Kirchner, o CKF como la llaman, comparándola ingenuamente con Kennedy, como si no hubiera reales reproches o críticas para este gobierno o el de Néstor.
El gobierno de Néstor y su apéndice, el de Cristina, es un típico gobierno peronista. Del ala izquierda del peronismo, es cierto, pero peronista, o sea, no va arreglar nada específico sino que, simplemente, va a distribuir un poco más para que las cosas sean iguales: los sojeros, levantandola con pala, los industriales, levantandola con pala, los gordos de la CGT con Moyano a la cabeza levantandola con pala y así. Reparten un poco, es cierto, pero la estructura desigual del país y las corporaciones que median para que nada cambie siguen tan fuerte com antes.Desde luego que esas corporaciones están enfrentadas con las otras, las neoliberales, las agroganaderas del campo que siguen pagando en negro y llevándose toda la torta y la clase alta ridícula y tilinga que quiere un país reducido a la calle Arroyo, a los countries de Pilar y a Punta del Este, pero esos ya no cuentan demasiado.
¿Criticar al kirchnerismo? Es de lo más fácil.
Menos para los cómplices de las grandes corporaciones, esos que son defendidos por Carrió, Alfonsín junior, Solanas, Duhalde, Macri y De Narváez.
El kirchnerismo es el mal menor, pero un mal big, big grande.
Y sin embargo, los muchachos de La nación y Clarín los atacan.
¿Curioso? ¿no?
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martes,
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WikiLeaks y los vendepatria vernáculos
Publicado por El inquisidor en 11:00
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